Hoy desperté maravillosamente bien, mi gran pololo (que a esta altura vive conmigo yupiii!!!) me trajo desayuno a la cama, te con pan tostado con margarina y mermelada, todo marchaba de maravillas hasta que me vino un terrible retorcijo estomacal y NOOOOO!!!! tuve que ir corriendo al baño. Les juro que ahora se lo que sienten aquellos bebés que tienen su potito cocido, entiendo su llanto, realmente hoy empaticé con ellos, pobrecitos.
Lejos lo que más odio es estar enferma de la guata, no puede ir al ritual de la luna, por temor a que me diera un ataque allá o en el camino, no puedo comer nada por que me da miedo comer y que mi estomago siga funcionando, realmente estar enfermo de la guata es horrible, lo peor de todo es que llamo a mi mamá para contarle la tragedia y se emociona por que no esta conmigo para cuidarme, pero rápidamente comienza a reírse de mi historia en el baño... años que no estaba en esta situación.
Lo bueno es que mi maravilloso pololo ha sido tan amable de surtirme en gotitas para el dolor y las nunca mal ponderadas pastillas de carbón (que de apoco cumplen su función), lindo él hasta me soba la guatita, me trajo sopita a la cama y él se encargo de lavar y secar la ropa y traerme agua para que no me deshidrate. No todo es tragedia.